La Tía Chayo murió la recordaremos siempre, y los fines de semana de poker con la familia no serán los mismos, y aun no sabemos cuando retomaremos el vicio, acaba de terminar su novenario, descanse en paz, mi tía la de los besos certeros, esos beso que van a huevo a la boca y tenías que utilizar tus habilidades boxísticas para acomodártelo en la mejilla.
Hacía unas empanadas muy ricas de leche y piña, a mi me hizo unas especiales de fresa, que la neta no eran lo que esperaba y ella me lo dijo.
A sus 60 y tantos recobró un noviazgo que tuvo en la adolescencia y lo vivió como si tuviera la edad de una niña con comezón, después de haber dado a luz a como 9 o más Hijos que ya son mayores de edad y con familia, con un viejo que la neta la trató de la chingada, tuvo la oportunidad de vivir muy feliz sus últimos días, talvez por eso estamos todos mas tranquilos.
Era re buena pa cocinar, y como no si antes tenia que calcular la ración y el sazón perfecto para un chingo de gente que vivía en su casa, en las fiestas cualquier cosa la hacia cagada de risa, (no se zurraba en la cocina, nomás se le hacía re fácil) aparte de sus besos arrinconadores, también se llevó las recetas.
Este post se lo dedico a ella… que aunque nunca vio mi blog, siempre tuvo una carcajada aturdidora pa mis chistes y comentarios de bolsillo, descanse en paz, Tía Chayo.
